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La perspectiva de la Ciencia Cristiana sobre la vacunación y la salud pública

Todas las personas responsables —incluso los Científicos Cristianos— comparten la misma inquietud respecto a la salud y la seguridad pública. Aunque estamos agradecidos por vivir en comunidades en las que se respetan las diferencias honestas, los Científicos Cristianos estamos también conscientes de las obligaciones que tienen todos los ciudadanos de respetar los derechos de los demás en sus comunidades.

Durante más de un siglo, nuestra denominación ha aconsejado respetar a las autoridades públicas sanitarias y ha promovido la obediencia consciente a las leyes del país, incluidas aquellas que requieren la vacunación obligatoria. Los Científicos Cristianos reportan enfermedades posiblemente transmisibles, obedecen cuarentenas y se esfuerzan por cooperar con las medidas que los funcionarios públicos sanitarios consideran necesarias. Consideramos que esto consiste en aplicar la ética de la Regla de Oro y el amor que proclama el Nuevo Testamento.

Con respecto a las exenciones de vacunación previstas en la ley, la perspectiva de los Científicos Cristianos sobre este asunto es quizás única. En el pasado, muchos funcionarios públicos dieron amplio apoyo a las exenciones de vacunación cuando no se consideraba que pusieran en riesgo a la comunidad en general. En años más recientes, un mayor número de personas han reclamado exenciones de vacunación, lo cual ha generado inquietud por la salud pública. Los Científicos Cristianos reconocen la legitimidad de esta inquietud.

La mayoría de los miembros de nuestra iglesia normalmente confían en la oración para sanarse. Nuestra confianza radica en una práctica espiritual sobre la que se reflexiona profundamente, y en una forma de vida que ha significado mucho para nosotros a través de los años. De modo que agradecemos las exenciones de vacunación y (cuando se otorgan) procuramos utilizarlas consciente y responsablemente.

Por otro lado, nuestra práctica no es dogmática. Los miembros de nuestra iglesia son libres de tomar sus propias decisiones en todos los aspectos de sus vidas, en obediencia a la ley, incluso respecto a la decisión de vacunarse o no. Nuestra iglesia no impone estas decisiones.

La controversia pública respecto a la vacunación ha generado opiniones fuertes —y fuertes divisiones— entre las inquietudes contrapuestas respecto a la salud pública, por un lado, y la tolerancia de la diversidad, por el otro. Cualquiera sea la respuesta correcta para cualquiera comunidad, los Científicos Cristianos esperamos que nuestra extensa experiencia como minoría religiosa que trabaja en cooperación con la mayoría de la sociedad sirva para poder encontrar soluciones basadas en la comprensión y el respeto mutuos en beneficio de todos.

Y más que nada, esperamos que nuestra atención y nuestros esfuerzos colectivos puedan promover la salud pública y la curación para todos los afectados por la enfermedad y el contagio en todo el mundo.


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